Los humanos no somos las únicas criaturas que sufrimos el abuso de sustancias. Los caballos comen marihuana, los elefantes se emborrachan comiendo frutas maduras, a algunas especies de ovejas les flipan los líquenes y parece ser que los delfines no quieren perderse la fiesta.
Así lo ha documentado la BBC con una serie de documentales llamados «Spy in the Pod» y los cuáles revelan que los delfines se lo pasan en grande con el pez globo. Este pez produce un potente químico que utiliza a modo de defensa y que expulsa cuando se ve amenazado. Sin embargo, en dosis suficientemente pequeñas, la toxina puede inducir a los delfines a una especie de estado de trance cuando entran en contacto con ella.
Según el experto zoólogo Rod Pilley, y según se puede ver en el documental: «Este caso fue en un grupo de delfines jóvenes experimentando a propósito con algo que sabemos que es tóxico».
Parece que no somos los únicos que nos gusta experimentar con la química de nuestro cuerpo y nuestro cerebro.